sábado, 30 de julio de 2011

Los ateos tienen mejor vida sexual que los creyentes.

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Probablemente Dios no existe.

Deja de preocuparte y disfruta la vida.

Esto se debe a que no experimentan sentimientos de culpa.

Los ateos tienen mejores vidas sexuales que la gente religiosa que se atormentan con la culpa durante el coito y semanas después, según han descubierto investigadores de la Universidad de Kansas, en EEUU. Según una encuesta realizada a 14.500 estadounidenses, los no creyentes son más propensos a hablar de sus fantasías sexuales y están más satisfechos con sus experiencias.

Creyentes y no creyentes admiten que realizan las mismas actividades como masturbación, ver pornografía, sexo oral y tener aventuras, informa The Daily Mail. Pero los seguidores de cualquier religión no disfrutan sus experiencias tanto como deberían debido al estigma creado por sus sistemas de creencias, según el estudio, ya que experimentan intensos sentimientos de culpa después de llegar al climax.

Los resultados surgen de una encuesta llamada 'Sexo y secularismo' realizada a más de14.500 personas en EEUU, llevada a cabo por los psicólogos Darrel Ray y Amanda Brown de la Universidad de Kansas.

Todos los encuestados tenían en común tener sexo el mismo número de veces a la semana, ya que la encuesta se centró en personas con una actividad sexual similar en una edad cercana.

Según la encuesta, la gente religiosa y devota puntuaban su vida sexual mucho más bajo que los ateos. También admiten fuertes sentimientos de culpa después.

Las seguidores de religiones estrictas como mormones puntuaban más alto en la escala de la culpa sexual. Su puntuación llegaba a 8,19 puntos de 10, seguidos de cerca por los Testigos de Jehova, los seguidores de la Iglesia de Pentecostés, los adventistas del Séptimo Día y los baptistas.

Los católicos puntuaron su culpa sexual en un 6.34 mientras que los luteranos se quedaron en un 5,88. En cambio, los ateos y agnósticos puntuaron su culpa en 4.71 y 4.81, respectivamente.

El estudio encontró una relación directa entre unas mayores creencias religiosas y sentimientos de culpa sexual. De la gente que creció en hogares muy religiosos, un 22, 5 por ciento indicaban que estaban avergonzados de masturbarse comparado con sólo el 5,5 por ciento de gente que se sienten de esta manera y han sido educados en hogares menos religiosos.

Sin embargo, aquellos que han perdido su fe y se convierten en ateos señalaron que han tenido una mejora significativa de satisfacción sexual. La gente que ha dejado sus creencias religiosas señalan que sus vidas sexuales han "mejorado mucho" y puntúan sus nuevas experiencias con un 7,81 de 10.

"Pensábamos que la religión tendría efectos residuales en la gente después de dejarla, pero nuestros datos indican que no es así. Fue una sorpresa agradable. La inmensa mayoría no mostraba signo de ello y siguen con sus vidas sexuales bastante bien", explica Darrel.

Y añade que "nuestros datos muestran que la gente se siente muy culpable sobre su comportamiento sexual cuando son religioso, pero eso no les para: sólo les hace sentirse mal. Desde luego, tienen que volver a la religión para obtener el perdón. Es como si la iglesia te generara la enfermedad, y luego te ofreciera la cura".



La Universidad de Indiana revela que el 53% de las mujeres y el 45% de los hombres de entre 18 y 60 años usa consoladores



Publicado el 24 julio 2011 por Fat

Está dispuesto las 24 horas, no pone pegas a nada, y jamás tendrá un gatillazo. El orgasmo está garantizado. Y no se trata del amante perfecto, pero se le asemeja. Porque el vibrador puede ser un gran amigo en tiempos de «necesidad» o bien para tener las primeras experiencias con el propio cuerpo y conocer mucho mejor lo que nos gusta y lo que no. Tanto es así que el 53 por ciento de las mujeres y el 45 de los hombres de entre 18 y 60 años los utiliza. Lo dice el primer estudio elaborado al respecto, realizado en la Universidad de Indiana y publicado en el «Journal of Sexual Medicine». Sin embargo, este instructor sexual debe ser utilizado en su correcta medida, de lo contrario, se puede caer en un abuso que nos aleje de la pareja y de conocer otras experiencias tanto o más divertidas.
Emmanuele Jannini, miembro del comité científico de la Sociedad Europea de Medicina Sexual y profesor del departamento de Medicina Experimental de la Universidad de L’Aquila (Italia), explica que «la sexualidad femenina es una materia de descubrimiento. Cualquier herramienta (física o psicológica) capaz de aumentar la conciencia del cuerpo de la mujer es bienvenida. Así, a cualquier edad, el dildo no puede ser considerado en sí mismo dañino». Así lo ve Esther. A sus 29 años y sin pareja estable, afirma que «controlas el ritmo y la velocidad e incides donde más te gusta. Me cuesta más llegar al orgasmo con un chico. Sola estoy más relajada y tardo mucho menos. Aunque ambos tienen su gracia, claro».
No obstante, hay casos en los que sí se corre riesgo de no poder deshacer el influjo del juguete de silicona: descartar al partenaire. De hecho, semejante marginación puede hacer que el placer disminuya y que la fémina termine un tanto frustrada. «El riesgo se da cuando se prefiere la masturbación a las relaciones sexuales. Cuando una muchacha en una situación estable que ama a su compañero decide usar el dildo en vez de a la pareja. Esto sí debe ser considerado un peligro de desarrollar un comportamiento disfuncional», explica.
Para la sexóloga Ana Mercedes Rodríguez «es posible que ocurra. Si uno no logra complicidad con el otro, una comunicación sincera sobre lo que le gusta y lo que no, es por algún problema en otras áreas que se deben trabajar para que aprendan a abandonarse el uno en el otro». Aunque la experta matiza que la problemática no tiene por qué estar determinada, como algunos piensan, por malas experiencias, por ejemplo, en la iniciación sexual. «Para mucha gente las sesiones primigenias de la sexualidad genital son bastante nefastas y no supone un trauma. Muy sola debe sentirse la persona para recurrir siempre a un vibrador».
Otro de los riesgos que recientemente salió a la luz los materiales con los que se fabrican. Dinamarca y Alemania se han hecho eco de los supuestos peligros de un compuesto químico empleado para dar flexibilidad, como los ftalatos. Pese a no haberse confirmado científicamente, la Unión Europea ha limitado el uso en juguetes para niños. Porque, presuntamente, el compuesto se asemeja a las hormonas masculinas y puede alterar el sistema endocrino de los pequeños, sobre todo si el organismo los absorbe en fases como el desarrollo prenatal o la primera infancia. De ahí que alerten a las mujeres gestantes que utilizandildos. En cualquier caso, para dejar «el mono» es conveniente que, de vez en cuando, al masturbarse, se deje a un lado el aparato y se usen las manos. Así se acerca más a las sensaciones del sexo en pareja y a un orgasmo diferente.

**Publicado en "LA RAZON"


www.lossecretosdelulu.es

A partir de los cuarenta las mujeres prefieren sexo y los hombres mimos.

Cuando se trata de una relación duradera, los hombres prefieren el cariño.





A partir de los cuarenta las personas cambian y las relaciones también. Las mujeres demandan más sexo en las relaciones y los hombres, por el contrario, prefieren las caricias y los mimos. Así los ha revelado un estudio de la Universidad de Indiana en Estados Unidos.



Hasta ahora se creía que los hombres siempre preferían tener sexo y las mujeres atendían más a otros estímulos, pero nada más lejos de la relaidad. El informe, realizado por la universidad de Indiana en Estados Unidos desvela que cuando se trata de una relación duradera los hombres hacen más hincapié en los besos y los cariños. Las mujeres en cambio, quieren sexo.





Los investigadores del Instituto Kensey en la Universidad de Indiana fueron los primeros sorprendidos pero los datos no mienten: Mas de mil parejas de Brasil, Estados Unidos, Alemania, Japón y España de entre cuarenta y setenta años de edad, cuyas relaciones tenían una media de 25 años, fueron quienes desvelaron que a los hombres los mimitos les hacen más felices de lo que pensamos.

Cuando la libido de los hombres baja, la de ellas sube. Según va creciendo el vínculo matrimonial las mujeres se sienten mejor. El estudio revela que las mujeres que han estado casadas más de quince años se sienten más complacidas sexualmente.

Los científicos creen que ellas se vuelven más satisfechas porque sus expectativas cambian a lo largo de la vida e incluso tener niños y criarlos está dentro del estímulo. También es posible que para aquellos que se encuentran sexualmente contentos su relación no sea tan larga, señaló Julia Heiman, del Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana y autora principal de la investigación.

Si comparamos por nacionalidades, los hombres japoneses están más satisfechos con sus relaciones que los estadounidenses y éstos mejor que brasileños y españoles. En cuanto a las mujeres, niponas y brasileñas son las que expresaron estar más contentas con su vida sexual.